Un día se encontró una piedra en su camino, día a día iba cogiéndole cariño a esa piedra. Hasta llegar al punto de solo ver esa piedra... Esa piedra le hacia daño, se iba haciendo mas y mas grande, y ella ya no era capaz de saltarla. No abría sus ojos, no hacia caso a quien de verdad le quería... Poco a poco iba destruyéndola, ella solo quería esa piedra... No era consciente del daño que le hacia esa piedra, le estaba consumiendo poco a poco.
Una tarde tomando su café con leche, en el bar de siempre. Volvió a ver ese chico, ese chico que sin conocerse de nada le sacaba una sonrisa al pensar en el, solo quería ir a tomarse ese café por si le veía pasar... Despues de tres o cuatro años tuvo el valor de hablarle a ese chico que trabajaba allí. Con el que siempre había intercambiado miradas y nunca ninguno de los dos había tenido el valor de dar el paso. Poco a poco fueron conociéndose, el le sacaba una sonrisa como nadie nunca le había sacado. Le daba todo sin pedirle nada a cambio. Ella seguía con esa piedra en el camino... Necesitaba fuerza para dejarla atrás y el se la dio.
El la ayudo a saltar, le dio fuerzas y un amor incondicional. Ella y el habían perdido la esperanza, no querían saber nada de esa palabra AMOR. Gracias a el, ella se levanto con mucha fuerza y vuelve a ser la Leona que siempre había sido. Ella y el empezaron la historia de amor que todos envidiaban. Amigos, amantes y pareja a la vez. No conseguían estar sin verse , sin saber el uno del otro...
Una casa en común, una vida por delante y un futuro juntos...
Ahora el tiene que tomar una decisión, irse lejos de ella por trabajo... Ella tiene mucho miedo, no quiere pedirle que se quede, es su sueño. Pero si todo león necesita su leona...
TODA LEONA TAMBIÉN NECESITA SU LEÓN.
